¿Qué valorar en un primer trabajo?

¿Qué valorar en un primer trabajo?

Muchas veces la escasez de ofertas u otros condicionantes nos hacen elegir el primer trabajo que nos ofrecen, pero esto no suele ser lo más recomendable. En cualquier caso, siempre tenemos la opción de cambiar ese trabajo por otro que nos satisfaga más.

Pero para poder elegir adecuadamente debemos tener en cuenta varios aspectos. Y aquí voy a hablar únicamente de aspectos relacionados con el trabajo, y dejaré aparte otros condicionantes personales.

Antes de hablar de aspectos concretos a tener en cuenta, prefiero hablaros de alguno de los temas que van a salir de forma reiterada en estas páginas, evitar el cortoplacismo. El cortoplacismo es un “problema” muy habitual en la sociedad española, y en concreto en los alumnos universitarios. Debéis pensar que tanto los estudios universitarios como vuestras primeras experiencias laborales van a abarcar un periodo de unos 5-10 años, pero son los que os habilitan para futuros puestos más estables, que vais a desarrollar durante periodos cercanos a 30 años. Por tanto, sacrificarse un poco durante estos 5-10 años, y pensar en cómo pueden influir éstos en vuestro futuro, creo que más que un sacrificio es una inversión. Y la típica frase de “que me quiten lo bailao”, en estos casos es un grave error. Como ya comentaremos en otras entradas, no estoy hablando solo de estudiar o trabajar, hay muchas otras cosas que pueden mejorar nuestro futuro y que consideramos diversión. Pero pensar que lo que estamos haciendo no tiene una finalidad en sí mismo, sino que es más como una preparación para el futuro, suele ser un buen consejo.

Uno de los aspectos que hay que tener en cuenta en todo trabajo es la remuneración económica. Esta es sumamente importante, ya que indica lo que valora la empresa nuestro trabajo, y nos debe permitir vivir dignamente, sin depender de ayudas externas. Sin embargo, en el caso de un primer trabajo no suele ser lo más importante. Cuando salimos de la universidad tenemos gran cantidad de conocimientos, y debemos haber desarrollado ciertas aptitudes que nos abren las puertas a distintos trabajos. Pero debemos adaptarlos a realidades concretas, y los primeros trabajos nos ayudan en este aprendizaje. Por tanto, en un primer trabajo, aunque es importante el sueldo, lo son mucho más otros aspectos.

Como hemos comentado el segundo aspecto a tener en cuenta en un primer trabajo es el aspecto formativo. Aquí no solo hay que tener en cuenta lo que estemos aprendiendo, sino también como lo estamos haciendo. Así, se pueden aprender muchas cosas a base de un gran esfuerzo personal, o bien asesorados y dirigidos por superiores competentes. La empresa puede apoyarnos en un plan de formación con instituciones externas, o a nivel interno, o dejar que nos busquemos la vida en ciertos aspectos. Todo es interesante, pero siempre que estemos bien asesorados y supervisados la formación será mucho más adecuada. También debemos ser conscientes de qué es lo que estamos aprendiendo, y lo útil que nos puede ser para nuestro futuro. Así una formación en temas de gestión de calidad, por ejemplo, siempre será útil, pero si no queremos dedicarnos en un futuro a los temas de calidad, tras uno o dos años en estas tareas deberemos cambiar. Hay aspectos de organización empresarial, liderazgo, etc., que nos serán siempre de gran utilidad.

Un tercer aspecto muy a tener en cuenta es la posibilidad de desarrollo profesional dentro de una empresa. Hay empresas en las que entras en ciertos puestos y sabes que apenas vas a tener recorrido profesional, ya que tu superior es directamente uno de los dueños, o por la experiencia del resto de empleados ves que ese desarrollo profesional pocas veces se da. Esas limitaciones las puede compensar un muy buen sueldo u otros aspectos gratificantes del trabajo, pero no suele ser lo habitual. Pero estas empresas pueden ser muy útiles para nuestras primeras experiencias profesionales, coger experiencia y aprender, sin perder de vista esa visión de futuro.

Un último aspecto a tener en cuenta es la calidad personal de la empresa, tanto de los superiores como de los compañeros. Hay empresas que se esfuerzan por conseguir un buen ambiente, aportan trabajos gratificantes, y potencian las relaciones personales sanas. En otras casi potencian la competencia malsana, que de todo hay. En estos segundos casos es conveniente cambiar de empresa cuanto antes, e intentar buscar empresas del primer tipo.

Teniendo en cuenta que es el primer trabajo (o de los primeros), mi consejo sería que se primaran los aspectos formativos, y en menor medida el sueldo. Pero que se esté muy atento a las posibilidades de promoción en la empresa, y a la calidad humana del grupo. En una buena empresa, con posibilidades de una fructífera carrera profesional, y con un buen ambiente de trabajo, se puede tolerar un sueldo más bajo en los inicios, que se podrá compensar en un futuro. Sin embargo, las buenas empresas suelen querer a los mejores y los suelen cuidar, por lo que no suelen ser las que peores remuneraciones ofrecen.

Y recuerda que cambiar de empresa no es un crimen. Lo que es un crimen es seguir en una empresa si no estás a gusto. Y siempre es más fácil conseguir un nuevo trabajo a partir de uno ya existente, donde puedes negociar mejor, que una vez te vayas al paro, donde las empresas saben que no estás en condiciones de negociar mucho.