¿Es bueno tener tantas universidades? Los problemas del low cost
Aunque no es un tema directamente relacionado con la búsqueda de empleo, o de la carrera profesional, me gustaría hacer una reflexión sobre el actual panorama universitario relacionado con la Tecnología de Alimentos (aplicable a otras muchas). Los cambios producidos han afectado de manera importante a la calidad de la docencia, la motivación de los alumnos y la actitud de las empresas, por lo que creo necesario reflexionar sobre ello.
Yo soy Ingeniero Agrónomo, y realice la especialización en Industrias Agroalimentarias. Cuando yo estudié solo se podía cursar esta titulación en 4 centros en toda España. En la actualidad sobrepasan los 20 los centros donde se puede cursar un grado similar. Si nos centramos en Castilla y León, comunidad donde trabajo, de la primera escuela que se creó en Palencia (ya hablamos de ella), a los pocos años, y en un mismo año, se abrieron 3 nuevas titulaciones en distintas ciudades (en ese momento eran Ingenierías Técnicas). Pero además, con la reforma de Bolonia la titulación de Ciencia y Tecnología de Alimentos ha pasado a ser un grado (antiguamente era un segundo ciclo). Por lo que titulaciones similares, unas más tecnológicas y otras más ingenieriles se multiplican. También hay que considerar que muchos graduados en temáticas relacionadas quieren pasarse al mundo agroalimentario, bien porque dentro de esos grados se han especializado en alimentos, bien porque consideran que esa es su verdadera vocación, bien porque no encuentran trabajo más directamente relacionado con su titulación, bien por otras cuestiones. Y aquí tenemos que pensar en nutricionistas, químicos, farmacéuticos, veterinarios, biólogos, biotecnólogos, etc.
Vamos a analizar las consecuencias que ha traído este “desmadre”. Una consecuencia positiva, en principio, es que se ha conseguido acercar esas titulaciones a muchos alumnos, que la pueden cursar en su ciudad. Ya veremos que eso puede no ser tan positivo. Otra consecuencia es que al ampliarse el número de titulaciones los alumnos pueden encontrar alguna que se ajuste más a sus gustos. Pero por mi experiencia no suele funcionar así.
Las consecuencias negativas son numerosas. Por una parte, la multiplicación de títulos similares ha supuesto una bajada del número de alumnos en casi todos los centros. Esto ha afectado más a los títulos más ingenieriles, y menos a los relacionados con Ciencias de la Salud, como la Nutrición. Y en estos casos, y ante la necesidad de tener alumnos, muchas escuelas han apostado por bajar el nivel y aprobar a alumnos que años atrás no hubieran pasado muchas asignaturas, al menos tan rápidamente como lo hacen ahora. Lamentablemente la apuesta por subir el nivel no consigue atraer a más alumnos en este país, ya que estos priman la cercanía, la facilidad o que la ciudad donde se estudia sea atractiva antes que otros condicionantes. Los alumnos que entran también han bajado mucho de nivel en muchos de estos títulos, por lo que los alumnos más brillantes se encuentran en clara minoría, y muchas veces prefieren pasar desapercibidos, y desde luego no suelen tener compañeros motivadores en los que apoyarse, o al menos estos no abundan. Otro de los problemas de que los alumnos no se tengan que desplazar es que en la universidad no se crean fuertes lazos de amistad, o no se hace como antes. Antiguamente muchos alumnos llegaban a nuevas ciudades y se veían obligados a unirse a sus compañeros de clase, lo cual era muy positivo para su futuro, al comenzar a tejer esas redes profesionales tan importantes. Hoy en día los alumnos siguen teniendo su vida anterior, algo ampliada por algunas personas que conocen, pero no al nivel de antes. Por otra parte, la experiencia de tener que vivir lejos del hogar familiar también ayuda a los alumnos a espabilar y lidiar con problemas diarios, que siguiendo viviendo en el hogar familiar no suelen tener. Por tanto, les ayudaba a madurar. Y lamentablemente muchas veces el alumno elige la titulación a cursar más por cercanía que por interés o pasión por esos estudios. Y esto es un problema mayor en las ciudades más pequeñas y con menor oferta universitaria. Alguien me puede decir que hay familias que no se podían permitir pagar unos estudios en otras ciudades, pero eso también se puede suplir con un buen sistema de becas.
Continuamos con los problemas del exceso de centros que imparten e investigan sobre temas similares. Debemos pensar que, si se dedica el mismo dinero en un solo centro que en cuatro, el primero podría ser 4 veces mejor que los cuatro que se han creado. Mejoraría la docencia y mejoraría la investigacion que se desarrolla. En el caso de la investigación eso es especialmente dramático ya que esta es muy cara, y no solo debemos tener en cuenta el dinero de implantar los estudios sino la financiación posterior. Si bien es verdad que cada profesor debe conseguir esta financiación, con menos centros hay más posibilidad de conseguirla, y con mejores infraestructuras iniciales también, y se pueden crear equipos más grandes y colaboraciones fructíferas con más facilidad. La verdad es que esta financiación es complicada de conseguir y algunos centros apenas hacen investigación de calidad con los recursos necesarios. En definitiva, tenemos más centros, pero con una calidad media más baja, lo que se traduce en la peor formación de nuestros alumnos.
El exceso de titulados relacionados con la agroalimentación podría verse por las empresas como una forma de, gastando el mismo dinero de antes poder seleccionar a mejores profesionales, pero lamentablemente, en muchos casos, se ha visto como una forma de poder pagar menos a los profesionales. Quizás no se dan cuenta que tener a los mejores cuesta más dinero, y si no inviertes en ellos posiblemente se irán a la competencia. Pero la situación es la que es. Esto es especialmente dramático en las prácticas en empresa donde antiguamente no eran obligatorias y había algunos centros y titulaciones especialmente activos. Pero en la actualidad suelen ser obligatorias, y alumnos de múltiples titulaciones necesitan buscar prácticas. En la mayoría de empresas se ven cosas bastante normales en cuento al encaje de los alumnos y su actividad en las prácticas, pero en otras se ven cosas muy sorprendentes y variopintas, delatando el poco valor que le dan a estas experiencias.
En definitiva, el exceso de centros o titulaciones relacionadas con los alimentos, yo creo que en general, no ha sido bueno ni para el sector ni para el futuro profesional de nuestros alumnos. Pero como siempre que hay un caos o una crisis aparecen oportunidades. La bajada del nivel de los alumnos y su motivación ha hecho que sea difícil encontrar a grandes profesionales o proyectos de profesionales. Por tanto, los alumnos brillantes, apasionados y motivados deben de hacerse valer y si buscan buenas empresas seguro que las encontraran.