Formación doctoral (algunos consejos)
Hoy abordamos uno de los temas que más nos gustan, como es la formación de personas. Y especialmente la formación doctoral. Ya habrá tiempo para hablar de otras formaciones.
El doctorado es un proceso complejo, muy exigente, y al que solo deberían llegar los mejores, en un sentido amplio de la palabra. De hecho es un proceso que exige la dedicación de una persona durante unos 3 años, de media. Y un esfuerzo semejante debería estar recompensado con un mejor futuro profesional, u otro tipo de beneficios. Al ser complicado poder dedicar tantos años de la vida de una persona sin una remuneración económica, el sistema de becas o contratos predoctorales, normalmente muy competitivo, asegura que solo lleguen a este proceso los mejores alumnos. Según mi experiencia hay dos buenos candidatos a realizar una formación doctoral. Por un lado, los alumnos con los mejores expedientes, y con una vocación por la investigación o el desarrollo. Por otro, gente con un futuro profesional más o menos claro y seguro, pero con una gran vocación o curiosidad investigadora. Sin embargo, yo no aconsejaría realizar un doctorado a una persona con bajas calificaciones, o sin una gran vocación. Y en ningún caso aconsejo realizar un doctorado por “hacer algo” cuando no se consigue trabajo. Esta gente debería centrarse en conseguir trabajo, para lo que pueden ser más útiles otras actividades. En estos casos puede suceder que la persona se ocupe en gran medida del doctorado, perdiendo de vista el objetivo principal, que es labrarse un futuro profesional. También es posible que la persona este más centrada en conseguir trabajo, con lo que descuide la realización de su tesis doctoral y su formación. Y hay que tener en cuenta que, en muchos ámbitos, la realización de una tesis doctoral supone una gran coste para los equipos investigadores, con el perjuicio que puede suponer no contar con gente dedicada.
Vamos a ver los peligros que tiene la formación doctoral para los candidatos, que los tiene y muy importantes, y como solucionarlos.
Uno de los principales peligros del doctorado es que te lo pinten demasiado bonito. Los investigadores (profesores universitarios e investigadores de centros públicos de investigación) necesitamos personal para investigar. No solemos tener mucho tiempo para estar en los laboratorios. Por lo que es normal que busquemos entre los mejores estudiantes candidatos a realizar un doctorado. También son los que tienen más garantías de conseguir contratos predoctorales, y por tanto de estar más años con nosotros. Lo que ya no debería ser tan normal, pero por desgracia ocurre, es que para atraer a estos candidatos les contemos grandes bondades del doctorado (a menudo no totalmente ciertas, o algo exageradas) y no le avisemos de las dificultades que tiene, tanto en su desarrollo como para el futuro profesional. Y lo que tampoco debería de suceder es que, una vez “captado” al doctorando, primen más las investigaciones que la formación doctoral y la futura carrera del doctorando. Lo que es muy típico es que no se descuide la formación (se cumple) facilitándole la realización de cursos, estancias, asistencia a congresos (que también le interesan al investigador), pero se descuide el futuro laboral del doctorando. Y que los mejores expedientes de nuestro país dediquen 3-4 años de sus vidas, sino más, a algo que les aporte poco (o menos de lo que le aportarían otras actividades) para su futuro profesional es un crimen.
En muchos casos las investigaciones que se realizan están bastante alejadas de la realidad empresarial. El doctorando tiene que ser consciente cuando es así, y si no lo es debemos hacérselo ver. En esos casos el doctorado puede ser muy útil para un futuro en el mundo académico o de la investigación pública. Para estos puestos es necesario tener un doctorado, pero no es suficiente. Para poder optar a estos puestos, en general, debes de tener un currículo muy brillante y estar dispuesto a pasar algunos años fuera de tu país, con contratos postdoctorales. Por tanto, es muy importante tener unas buenas notas académicas en grado o máster, de partida, conseguir publicar muchos artículos en revistas internacionales de impacto, y realizar otras actividades de investigación, como proyectos de investigación, patentes, etc. Y aun así es un camino difícil, y que no te permite estabilizarte laboralmente hasta una edad normalmente más avanzada que en una empresa, o si se consigue aprobar una oposición.
En el caso de que el doctorando quiera hacer una carrera científica en la universidad o en centros públicos de investigación, es muy importante que sepa el nivel de publicaciones del grupo, sus contactos internacionales y como les ha ido a otros doctorandos que pasaron por ese grupo previamente (especialmente a los últimos en acabar su doctorado). Y mucho cuidado con aquellos grupos que publican muchos artículos, porque tienen muchos doctorandos, pero cada doctorando aparece en pocos artículos al final de su tesis. Es frecuente ver a grupos cuyos miembros tienen grandes currículos, ya que varios de los miembros suelen aparecer en los artículos, pero en cada artículo solo aparece un doctorando, y al final el doctorando acaba con un numero de artículos adecuado, pero no destacado.
La realidad es que hoy en día no hay plazas en la universidad o centros de investigación para todos los alumnos que se doctoran, por lo que es bueno tener un plan B para tu futuro profesional, que tiene que gustarte desde el principio (incluso este puede ser el plan A). Afortunadamente en algunas áreas se realizan investigaciones muy aplicadas, y realizando el doctorado puedes hacer labores muy similares a las que se realizan en departamentos de I+D+i de empresas. En estos casos el doctorado puede ayudarte a conseguir un futuro profesional en un departamento de I+D+i. Para ello es muy importante saber si la investigación del grupo es aplicada, si el grupo trabaja habitualmente con empresas, si los doctorandos están en relación con esas empresas, y si hay doctorados que hayan pasado por el grupo y estén trabajando en departamentos de I+D+i de empresas con cargos relevantes.
Por tanto, mi consejo para alguien que se este planteando realizar un doctorado sería:
- Ten muy claro a donde quieres ir con el doctorado (mundo académico o empresarial). Y mejor si tienes abiertas varias opciones.
- Conoce muy bien que te va a pedir tu futuro empleador (universidades, centros de I+D o empresas), y si el grupo en el que te integras te va a facilitar el conseguir esos ítems.
- Entérate muy bien de cómo les va a los doctorados que han terminado en el grupo en los últimos 5 años, y piensa si te gustaría tener un futuro como el que tienen o no.
- Elije un buen director de tesis, que se preocupe de tu formación y tu futuro laboral, al menos tanto como de sus investigaciones y currículo.
- Si no estás muy convencido dedícate a otras cosas, como coger experiencia laboral en una empresa o estudiar una oposición. Y desde luego, para ser profesor de secundaria es mejor estudiar unas oposiciones cuando acabas el grado o postgrado, y tienes el hábito de estudiar, y hacer una tesis con la tranquilidad que da un puesto seguro, que hacer una tesis, y 3-5 años más mayor abordar una oposición.
4 comentarios en «Formación doctoral (algunos consejos)»
Coiincido con la mayoría de recomendaciones pero añadiría algunas más. Lsmentablemente las instituciones no son serias más q en los temas administrativos y se despreocuoan de los doctorandos. Sin asistencia técnica en el lab hacer tesis es una muerte.
Coincido contigo en que el sistema no ayuda. Nosotros no tenemos personal laboral para estos temas, ni ayudas dignas para captar investigadores noveles. Hemos decidido trabajar mucho con empresas e invertir todo lo que ganamos con las empresas en ofrecer becas de enganche (en algunos casos cubren toda la tesis) y contratar a gente de soporte. Eso nos permite, no solo hacer investigación de calidad, sino también conectar a los investigadores noveles con las empresas, y que sean conscientes de que la investigación debe estar conectada con la sociedad y serle útil. Pero este esfuerzo no puede, o no debe, ser la norma