Bicarbonato amónico
El bicarbonato amónico (E-503ii) es un gasificante, utilizado mayoritariamente en la elaboración de galletas. A diferencia del bicarbonato sódico, el amónico no necesita la presencia de sustancias ácidas en el medio, ya que reacciona por si solo. La reacción del bicarbonato amónico, mediante la cual se genera anhídrido carbónico, es la siguiente:
NH4HCO3 → NH3 + CO2 + H2O
Esta reacción se produce a partir de 34-35ºC. Como se aprecia en la reacción, al descomponerse el bicarbonato amónico se genera amoniaco, sustancia con un olor fuerte, punzante y desagradable. Este aroma puede notarse en la zona de horneado de los productos donde se incorpora. También puede desprender un ligero olor a amoniaco el producto en polvo. El amoniaco se solubiliza en el agua de las masas y puede permanecer en los productos finales, dando una sensación muy desagradable. Afortunadamente, cuando en el horneado se evapora la mayor parte del agua de las masas también lo hace la totalidad del amoniaco generado, quedando los productos finales libres de este compuesto. Por este motivo el uso del bicarbonato amónico como gasificantes se reduce a productos secos como galletas de distintos tipos, tanto dulces como saladas. De hecho, este producto se ha usado tradicionalmente en el norte de Europa para la elaboración de galletas y productos similares típicos de estas zonas. Por el contrario, se desaconseja el uso de este aditivo en productos húmedos, como bizcochos.
El bicarbonato amónico es un gasificante bastante potente, por lo que debe asegurarse su correcta dispersión en la masa, para evitar irregularidades. Normalmente se utiliza junto con bicarbonato sódico en la elaboración de galletas, actuando antes que este en el horneado. En general ayuda a generar productos más aireados y con mayor volumen específico.
3 comentarios en «Bicarbonato amónico»
?Que ralación hay entre el bicarbonato amónico y la formación de acrilamidas durante el horneado?
Hay algunos estudios científicos que relacionan la presencia de bicarbonato amónico en las fórmulas con un mayor contenido de acrilamida. Esto no ocurre, por ejemplo, con el bicarbonato sódico. Por tanto cuando se incorpora bicarbonato amónico hay que tener una mayor precaución en no hornear los productos en exceso.